Huelgas de tranvias en Barcelona



1951 es el año grandes movilizaciones obreras en España. También en Pamplona se produce una importante huelga general que paraliza completamente la vida de la ciudad durante cuatro días y que genera serios disturbios, en el transcurso de los cuales tienen lugar duros enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden público.
La situación económica de los españoles y, por tanto, de los barceloneses, era muy difícil.

En esa situación, al subir el Gobierno las tarifas de los tranvías de Barcelona pero no los de Madrid, a finales de 1950, provocó un malestar en la población, que se desencadenó en un boicot a los tranvías a partir del 1º de marzo de 1951. Ante la unidad que tuvo el pueblo barcelonés al no utilizar el tranvía, el Ministerio ordenó la suspensión de la subida. La Organización Sindical pidió a los enlaces sindicales, durante una asamblea celebrada el mismo día en el que se volvía a las tarifas antiguas en los tranvías, el que fueran los primeros en utilizarlos. A ésto se respondió con el alboroto y se convocó una huelga general para el 12 de marzo, que se llevó a cabo y que duró varias días más pero con una menor participación. El Gobierno dictó sanciones económicas para los trabajadores que secundaran la huelga, pero especialmente la pequeña y mediana empresa, no denunció a los huelguistas.
La huelga barcelonesa fué seguida por otras importantes en el País Vasco durante la primavera del mismo año. Todas tuvieron su origen en las malas condiciones en que vivía la clase trabajadora y la postura patronal fué conciliadora, oponiéndose en general a seguir las órdenas de represalías dictadas por los Gobernadores Civiles. El PCE, sin el apoyo de las otras fuerzas de la oposición debido a su falta de coordinación, impulsó en Madrid para el 22 de mayo de 1951 un boicot al transporte público, a la prensa, al comercio y a los espectáculos, llevándose a cabo sólo de una forma visible en los barrios obreros.